El término metalización térmica por rociadura cubre varios procesos utilizados para aplicar al substrato, gotas fundidas de metales, aleaciones, plásticos, carburos y óxidos varios, también se emplea la palabra metalización para describir este proceso. Los metales representan sólo una parte pequeña de las aproximadamente 250 sustancias que pueden aplicarse por pulverización térmica, sin embargo, los metales son muy importantes desde el punto de vista de protección contra la corrosión. Entre los metales, el aluminio y el zinc son los dominantes.
La pulverización térmica comenzó a usarse en la década de los años sesenta cuando la industria espacial y de aviación comenzaron a exigir revestimienlos protectores con propiedades excepcionales. 
Antes de tratar con pulverización térmica, el substrato debe estar totalmente limpio. Las superficies de acero deben ser limpiadas con chorro abrasivo a Sa 3 (o Sa 2%-3) empleando un abrasivo con partículas angulosas. No debe haber grasa ni aceite y debe mantenerse este grado de limpieza durante todo el proceso de aplicación.Se debe especificar también el perfíl de la superficie.  Normalmente se usa un factor Ry= 50 - 85 mu (o a veces 80 -120).

La fuente de calor para fundir los materiales del revestimiento metálico es gas de alumbrado. Los más utilizados son el acetileno y propano, y también, el hidrógeno y metil-acetileno estabilizado, LNG (gas natural licuado) y otros gases industriales. Todos estos gases se mezclan con oxígeno para mantener
la combustión.
La temperatura de llama varía de 1900 a 3100oC, dependiendo del gas utilizado. El acetileno dará una temperatura de llama suficientemente alta como para fundir el acero y los otros metales! aleaciones suministrados en forma de alambre. El propano se puede utilizar sólo para metalización térmica de
materiales con temperaturas de fusión relativamente bajas, por ejemplo, zinc, aluminio y plomo.
Para obtener la misma temperatura a lo largo del alambre, normalmente se alimenta esta a través del orificio de la llama, en el centro de la llama del gas.

Los gases de combustión no son capaces por si solos, de vaporizar y transportar el metal fundido al substrato, por lo tanto se debe suministrar aire comprimido. Este aire comprimido fluye a través de una abertura entre la boquilla de la lama y la camisa exterior, rodea, limita y dirige la llama de maner
que sólo se funde el extremo del alambre. El metal fundido se vaporiza con aire comprimido, y se proyecta sobre la superficie.
Un mecanismo de alimentación que consiste de una turbina de aire comprimido y un rodillo alimentador, alimenta el alambre a través de la pistola de aire. La velocidad de alimentación puede regularse. La pistola de aire se mantiene a una distancia enter 12 y 20 cm. de la superficie.

Dos alambres de metal (se usan alambres homogéneos y huecos) se alimentan a través de una pistola de aire, de tal forma que se cruzarán al salir por por la parte anterior de la pistola de aire. Ambos alambres deben tener la misma velocidad. A través de la pistola los alambres están en contacto con interruptores (tuberías o bloques) acoplados a un rectificador eléctrico. Aquí se transfiere la electricidad a los alambres rodeados de un campo ionizado. En el punto de cruce entre los alambres y el arco eléctrico, se fundirá el metal en los
alambres. El arco se mantiene mientras se electrifique el metal. La velocidad de partícula es aproximadamente 150 - 250 mIs y la temperatura en el arco eléctrico es aproximadamente de unos 55000C.
Desde un orificio en la parte de atrás del arco (punto de cruce) se alimenta aire comprimido, vaporizando el metal fundido y proyectando el vapor del metal sobre el substrato.